A pesar de ser nada mas un acto protocolar, la decisión de Alan García de no acudir a la ceremonia de transmisión de mando al nuevo jefe de estado, Ollanta Humala no pasa de ser una grosería.Y es que aunque unos se lo esperaban, por la prepotencia de nuestro aun presidente, a muchos nos parece que esta decisión no es aceptable puesto que nos demuestra una vez más que antes que cumplir como presidente esta su orgullo, y porque no decirlo también sus temores, ya que teme que le suceda como en el 90 cuando fue abucheado y pifiado.
Además de las diferencias existentes entre García y Humala, el acto de la entrega de la banda presidencial es mucho más que un “acto”, es decir la banda presidencial a él se la entrego un presidente antecesor, lógicamente es lo mismo que debería hacer García.
Por otro lado la primera vicepresidenta electa, Marisol Espinoza declaro que su partido si sabe demostrar sus “modales democráticos” y dijo que Gana Perú puede “garantizar que no habrá este tipo de situaciones”.
Finalmente García debe dar muestras de valentía y asistir a la entrega del mando presidencial, ya que de lo contrario dejara entre ver que su temor o su orgullo pudieron más que él.
