Día a día me sorprende ver más personas que siguen muriendo por el vicio incontrolable de los cigarros, y es que al parecer este habito se está haciendo más generalizado en la población y más aun en niños que aun no saben cuan malo es meter en nuestros pulmones aquel aire que va dañando nuestros pulmones.
Recuerdo que yo empecé a fumar a los 15 años, aun mis padres no lo saben. Quizás empezó en mí como una moda o por querer imitar a las personas que me rodeaban, aunque solo hayan pasado dos años de mi iniciación en el mundo del tabaco. Me alegra decir que no soy una fumadora empedernida, ese vicio solo logra atraparme en épocas de exámenes parciales o finales, quizás por que de esa manera logro calmar algunos nervios que aparecen sin ser llamados.
Recuerdo que lo máximo que pude fumar en un día fue una cajetilla (compartiéndolo con algunos), no me avergüenza decirlo, aunque muchos al leerlo dirán que no es una cifra para nada asombrosa, y me enorgullezco de que mi cifra de cigarrillos al día no sea nada admirable.
Lo que me pregunto es que lleva a las personas a fumarse más de dos cajetillas al día, será acaso demasiada tención, será costumbre, por que hacerlo, en la universidad me encuentro a diario con personas a las que trato de convencer de que no fumen tanto, pero incluso a mi algunas veces me vence la tentación y caigo en las redes de ese humo tabaquero que a veces amo y otras muchas aborrezco.
Ahora se acercan los finales y tratare por todos los medios de no fumar ni un solo cigarro, espero encontrar otra forma más sana de calmar mis nervios.
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