Un día mas buscando al juez, él no se puede rendir sabe que de su esfuerzo dependen muchas familias quienes viven de inquilinos en La Casa Uribe.
Él no es ni nada más ni nada menos que Romero, un inquilino más pero también el representante legal de sus vecinos, y es que la orden de desalojo los ha tomado por sorpresa luego que nadie reclamara la propiedad desde hace más de 50 años.
A pesar de la muerte de un niño, producto de un desalojo violento a otra quinta vecina, Romero confía plenamente en la Ley, y está seguro que esta se respetara completamente, sin embargo Jacinto, un anciano español, está seguro de que la corrupción reinante en el mundo en general, no permitirán que la justicia ciega les llegue y más aun los beneficie, es así como a este viejo español se le ocurre una estrategia, “La estrategia”, muchos dirían que es algo que les va a permitir quedarse y ser los legítimos propietarios, pero esto va mas allá.
Sin embargo después de que muchas veces pospusieron el desalojo, debido a los argumentos validos y las habilidades de Romero, llego el gran día, tienen 10 días para desocupar la vivienda y esto gracias a Lázaro, un hombre cuadripléjico, ya que debido a su estado las leyes Colombianas prohíben desalojarlo, sin que la familia haya encontrado un lugar a donde llevarlo.
En estos días todos se organizan para llevar a cabo “La estrategia”, todos se unen y por un momento se olvidan de sus diferencias, dando paso a toda una familia que tiene por común un fin. Cada uno tiene una función, y su participación en el plan es de crucial importancia, sin embargo, las injusticias nunca se hace de esperar, y el abogado y algunos matones del Dr. Holguín, el propietario legitimo de La Casa Uribe, le dan una paliza a Romero el cual es encontrado casi moribundo en un basural. Con la memoria fallando debido a los golpes, aún sigue defendiendo legalmente a los inquilinos, sobre todo para dar más tiempo a que todos los detalles que conllevan a la realización de La estrategia sean finalizados.
Finalmente luego de varias prorrogas, esta es la final, los inquilinos han quedado en entregar pacíficamente la quinta, devolverla hasta pintada, siempre en cuando le den un día más solo un día más.
A la mañana siguiente el contingente policial, se moviliza a la propiedad, por si el desalojo pacifico se ve frustrado. Juez, prensa, policías, Holguín sus matones y su abogado ( quien por cierto se entretuvo en el camino con un travesti, quien era inquilino de La Casa Uribe, y este le hizo caer en una trampa para que el desalojo se aplace por unos minutos mas) están presenciando el espectáculo, están seguros saldrán victoriosos, pero poco se imaginan lo que sucede al interior de La Casa Uribe, los inquilinos ya no tienen nada que perder se aferran fervientemente a su dignidad y están muy seguros de que eso no se lo quitaran, no piensan darle el gusto a los que presencian el acto.
“LA ESTRATEGIA!”
¡Si no es nuestra no será de nadie!, menciono esa mañana Jacinto, aquella mañana en la que darían a conocer a todos su estrategia, todos los inquilinos ya habían estado de acuerdo con la decisión y con un plan muy poco ortodoxo devolvieron la “casa”, mejor dicho el terreno, en el cual habitaron por más de 50 años.
Ni un solo ladrillo levantado quedo, pero claro antes de ello sacaron absolutamente todas sus pertenencias, a escondida de las autoridades por si estas sospecharan lo tramado; mediante un par de poleas movilizaron todas sus pertenencias vía aérea, llevándolas a una casona abandonada para luego llevárselo a un terreno el cual ya habían hecho tratos de compra.
Jacinto estaba totalmente convencido de la injusticia que se cometía con ellos es por eso que convenció a sus vecinos de aceptar la estrategia. Mediante cartuchos de dinamita volaron absolutamente la casa y las viviendas contiguas no sufrieron daño alguno, las autoridades concluyeron en que esto había sido realizado por expertos, sin embargo la experiencia y el ingenio hicieron posible el triunfo del plan.
Holguin, su abogado, periodistas y contingente policial quedaron absolutamente sorprendidos luego de que por medio de una explosión volara absolutamente la fachada de la casa, haciendo ver que en su interior no había ni un solo muro levantado, pero claro la promesa de los inquilinos era: “Dejar la casa pintada”, y eso fue exactamente lo que hicieron.
Finalmente con este plan o estrategia si bien es cierto no conservaron su casa, conservaron su dignidad, aquella que por medio de muchos contingentes policiales era imposible de desalojar.
A pesar de la muerte de un niño, producto de un desalojo violento a otra quinta vecina, Romero confía plenamente en la Ley, y está seguro que esta se respetara completamente, sin embargo Jacinto, un anciano español, está seguro de que la corrupción reinante en el mundo en general, no permitirán que la justicia ciega les llegue y más aun los beneficie, es así como a este viejo español se le ocurre una estrategia, “La estrategia”, muchos dirían que es algo que les va a permitir quedarse y ser los legítimos propietarios, pero esto va mas allá.
Sin embargo después de que muchas veces pospusieron el desalojo, debido a los argumentos validos y las habilidades de Romero, llego el gran día, tienen 10 días para desocupar la vivienda y esto gracias a Lázaro, un hombre cuadripléjico, ya que debido a su estado las leyes Colombianas prohíben desalojarlo, sin que la familia haya encontrado un lugar a donde llevarlo.
En estos días todos se organizan para llevar a cabo “La estrategia”, todos se unen y por un momento se olvidan de sus diferencias, dando paso a toda una familia que tiene por común un fin. Cada uno tiene una función, y su participación en el plan es de crucial importancia, sin embargo, las injusticias nunca se hace de esperar, y el abogado y algunos matones del Dr. Holguín, el propietario legitimo de La Casa Uribe, le dan una paliza a Romero el cual es encontrado casi moribundo en un basural. Con la memoria fallando debido a los golpes, aún sigue defendiendo legalmente a los inquilinos, sobre todo para dar más tiempo a que todos los detalles que conllevan a la realización de La estrategia sean finalizados.
Finalmente luego de varias prorrogas, esta es la final, los inquilinos han quedado en entregar pacíficamente la quinta, devolverla hasta pintada, siempre en cuando le den un día más solo un día más.
A la mañana siguiente el contingente policial, se moviliza a la propiedad, por si el desalojo pacifico se ve frustrado. Juez, prensa, policías, Holguín sus matones y su abogado ( quien por cierto se entretuvo en el camino con un travesti, quien era inquilino de La Casa Uribe, y este le hizo caer en una trampa para que el desalojo se aplace por unos minutos mas) están presenciando el espectáculo, están seguros saldrán victoriosos, pero poco se imaginan lo que sucede al interior de La Casa Uribe, los inquilinos ya no tienen nada que perder se aferran fervientemente a su dignidad y están muy seguros de que eso no se lo quitaran, no piensan darle el gusto a los que presencian el acto.“LA ESTRATEGIA!”
¡Si no es nuestra no será de nadie!, menciono esa mañana Jacinto, aquella mañana en la que darían a conocer a todos su estrategia, todos los inquilinos ya habían estado de acuerdo con la decisión y con un plan muy poco ortodoxo devolvieron la “casa”, mejor dicho el terreno, en el cual habitaron por más de 50 años.
Ni un solo ladrillo levantado quedo, pero claro antes de ello sacaron absolutamente todas sus pertenencias, a escondida de las autoridades por si estas sospecharan lo tramado; mediante un par de poleas movilizaron todas sus pertenencias vía aérea, llevándolas a una casona abandonada para luego llevárselo a un terreno el cual ya habían hecho tratos de compra.
Jacinto estaba totalmente convencido de la injusticia que se cometía con ellos es por eso que convenció a sus vecinos de aceptar la estrategia. Mediante cartuchos de dinamita volaron absolutamente la casa y las viviendas contiguas no sufrieron daño alguno, las autoridades concluyeron en que esto había sido realizado por expertos, sin embargo la experiencia y el ingenio hicieron posible el triunfo del plan.
Holguin, su abogado, periodistas y contingente policial quedaron absolutamente sorprendidos luego de que por medio de una explosión volara absolutamente la fachada de la casa, haciendo ver que en su interior no había ni un solo muro levantado, pero claro la promesa de los inquilinos era: “Dejar la casa pintada”, y eso fue exactamente lo que hicieron.
Finalmente con este plan o estrategia si bien es cierto no conservaron su casa, conservaron su dignidad, aquella que por medio de muchos contingentes policiales era imposible de desalojar.
Lucero Marian Vergara Lavado
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