Con un puchero en los labios y con su dulce voz, le dice a papá que quiere aquella torta, papá la mira algo consentidor y trata de disuadirla, pero es inútil ella ya puso el ojo en esa torta multicolor. Papá trata de entenderla, pero le dice que ella ya se comió una torta, claro no la torta que ahora pide su niña empedernidamente, pero es inútil a sus 3 años no entiende mucho de eso y solo quiere aquella torta de muchos colores.
Vuelve a hacer su puchero y le dice a papá “Quiero eto”, papá parece rendirse a la voz de su niña pero recuerda las palabras de su esposa que le repite que no le dé mucho dulce por que le puede hacer daño.
La niña frunce el ceño y su puchero es cada vez mas resaltado, se entretiene por un rato con la torta que ahora no quiere, mientras mira como un trofeo aquella torta de colores. Papá se levanta para irse de la pastelería, parece que se molesto un poco por la insistencia de su hija, la niña que no alcanza a bajar por ser la silla muy alta le pide a papá que la baje, el va y su niña le da un beso y le vuelve a repetir “Quiero eto” señalando la torta que anhelaba, finalmente papá cae rendido a ella y le compra la torta, al ver los ojos llenos de emoción de su niña su corazón se alegra y dice ¡Todo para mi pequeña!
Lucero Marian Vergara Lavado
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