Las dudas embargaban su cabeza, se había enredado entre sus propias mentiras y la gruesa cortina del qué hacer no le permitió ver claramente la situación. Cual muñeca, no se le podía preguntar nada en su situación de sus labios solo salía “No sé”, los pocos que sabían se preguntaban entre ellos que era lo que se debía hacer, ya que la opinión de ella y sus respuestas vagas eran.
Todos la veían superficialmente pero nadie podía ver las guerras encarnizadas ni los monstruos que atormentaban sus noches en su interior; ella no puede decidir nada ahora, ella no sabe; todos daban su opinión menos la susodicha, no sé si será por vergüenza o porque simplemente no sabía de verdad que hacer.
Su cabeza era todo un tormento tenia opciones, pero no tenía la valentía de cumplirlas, se dejo guiar y aunque sabe que fue lo mejor, ella aún no lo puede creer del todo, sigue pensando en cómo hubiese sido si…, pero ya no puede lamentarse, dejo ir ese gran sueño o gran pesadilla aun no sabe que sería.
Como antes, todo en su cabeza eran, es y serán confusiones, y es que para ella algunas cosas ya no tienen sentido.
Lucero Marian Vergara Lavado
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