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Estudiante universitaria.de ciencias de la comunicacion..amo el rock y el pop...

domingo, 26 de septiembre de 2010

De céntimo en céntimo...

Otra vez con 3.00 en el bolsillo intenta pensar que es lo que le puede dar de comer a sus 3 hijos, se levantó temprano, y aún no encuentra la solución, ¿Qué hacer?, está sola su esposo la abandonó y la dejo con la responsabilidad de criar sola a sus hijos. El mayor tiene 9 años y se llama Carlos, se despertó casi junto con su mamá, no se levanto porque la está observando como todas las mañanas, ve la preocupación en el rostro de su madre, sabe que están solos, el mismo se nombro hombre de la casa y quiere ayudarla.
Ella salió va a buscar algo de comer para darle a sus hijos, solo Dios sabe cómo se las ingeniara para traer algo a casa, deja encargado a sus hijos con la vecina y le dice a Carlitos que cuide a sus hermanitos. Baja el cerrito empinado donde queda su casa y se dirige a un destino que aún no tiene muy claro pero prometió volver lo antes posible.
Carlos escapa del cuidado de la vecina, pero no sin antes decirle a María, su hermanita, que cuide al pequeño Pepe. Se coloca las zapatillas viejas casi inutilizables, pero que puede hacer son las únicas que tiene, coge las latas de leches vacías y se va. Sabe que es lo que tiene que hacer, y se repite una y otra vez que no puede regresar con las manos vacías. Baja caminando por el cerrito donde queda su casa, ahí por Carabayllo.
Se dirige a una concurrida avenida y busca instalarse bien para poder hacer lo que aprendió a punta de esfuerzo, malabares, eso es lo que intenta con sus latas de leches, comienza… oh! Se le cayó una, no le importa sigue y logra terminar unos segundos antes de que semáforo cambie a verde, va hacia las ventanas de los carros algunos le extienden la mano para darle alguna moneda, otros fríamente lo ignoran y hasta le lanzan miradas de desprecio, el no puede hacer nada su orgullo esta casi quebrado, otra vez el semáforo rojo, se abalanza a la pista esperando otras monedas.
El reloj marca las 2 de la tarde, 10, 20 40 céntimos, va contando lo obtenido hasta ese momento. Está cansado y el frio azota sus brazos y es que solo lleva puesto aquel polo que una señora caritativa le regalo, Carlos luce cansado quisiera irse en carro hasta su casa, pero a su corta edad comprende que no está en posición de optar por esos lujos.
Caminando ve muchas cosas, las calles son interesantes, piensa, su mirada se desvía hacia una señora son sus hijos, ellos van bien vestidos y la papada que tienen demuestra que no les falta comida, Carlos entristece un poco , pero recuerda el rostro de su madre y sus hermanos y se siente más motivado. Está volviendo con 5 soles en el bolsillo, habla consigo mismo y se dice que todo se lo dará a su mamá, imagina que ella se pondrá feliz, pero al pasar por una lujosa tienda sus pensamientos se disiparon y a través de una vitrina observó un plasma de 50 pulgadas, estaban dando unos dibujos animados, se queda parado, están muy chistosos y no puede evitar una que otra carcajada, de pronto interrumpen la transmisión para pasar una propaganda del gobierno, Carlos se sorprende mucho y en su cabeza hay muchas preguntas, está confundido y todo esto al escuchar que en una parte de la propaganda dicen: “La pobreza está bajando”, Carlos vuelve a caminar y se pregunta si es una propaganda de su país.
Llegó a casa, solo le falta subir ese cerrito empinado, y vuelve a recordar la frase de la propaganda aún no puede entender como dicen que la pobreza disminuye, que el sepa él y sus vecinos siguen igual, desde que tiene uso de razón vive en esa casa pequeña que le dejo su abuela a su madre no entiende ahora y quién sabe si entenderá en un futuro.
Lucero Marian Vergara Lavado

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